El 15 de junio, unos 35 socios y simpatizantes de Resistir fuimos de excursión a Chelva. Disfrutamos de un buen día que sirvió para conocernos un poco más y para avanzar en el cooperativismo.
Chelva o Xelva en valenciano, es una villa situada en el interior de la provincia de Valencia en la comarca de los Serranos, también conocida como “Alto Turia”. Su origen se remonta a la Edad de Bronce con asentamientos íberos y romanos. Después surgirían el barrio árabe, el judío y el morisco, aún conservados y por donde paseamos.
Con el cristianismo, surgirían las ermitas, algunas de las cuales se conservan y la iglesia de los Ángeles, interesante ejemplo del Barroco valenciano, en cuya torre hay un curioso reloj que además de las horas marca el día del mes y la semana.
Reseñar el Convento de San Francisco, edificación del S.XIV donde se estableció la orden en Valencia. Aún hoy se conservan las cuevas donde se asentaron los primeros frailes.
Encontramos en sus calles ejemplos de azulejaría valenciana
Según nos vamos alejando del pueblo y observamos la fachada a poniente o sur de la Villa podremos ver los barrios y las acequias, además de los canales de riego y drenaje que recorren sus calles, así como los bancales, que aún se utilizan para la labranza y el Pico del Remedio. En este último encontramos la ermita de la Virgen del Remedio, donde, tras la comida, subieron los más animados.
A la hora de la “pitanza”, encontramos una gastronomía desarrollada en torno a la matanza del cerdo y cuyo plato más típico es “el pucherico espeso”. En armonía y colaboración en el maravilloso entorno en que nos encontrábamos hicimos una “torrá de chulles i embotits” que comimos como si no hubiera un mañana.
También cerca del pueblo, por la ribera del Tuejar, principal afluente del Turia, se puede disfrutar de la bonita “Ruta del Agua”, donde encontramos el Acueducto de Peña Cortada.
De regreso a casa se respiraba satisfacción por el día pasado e ilusión y esperanza de hacer realidad el proyecto de Resistir que a todos nos une.